Mentoplastia

Conseguir un balance armónico del perfil facial puede aconsejar el aumento o la disminución de la barbilla, para acomodarla al resto de la cara.

En algunos casos muy marcados la intervención puede ser cubierta por la seguridad social o seguros de salud.

Mentoplastia

La intervención quirúrgica de la mentoplastia

El aumento de un mentón (mentoplastia) que deba ser corregido unos pocos centímetros, puede llevarse a cabo mediante implantación de una prótesis, infiltración de grasa u otros materiales, o mediante el adelantamiento del hueso con osteotomía.

Cuando la valoración preoperatoria evidencie además una mala oclusión de los dientes que aconseje un adelantamiento del arco dental inferior, será necesario un avance de la mandíbula, con posterior tratamiento del ortodoncista.

Para disminuir un mentón demasiado prominente, será necesario efectuar un lijado o una sección del hueso (osteotomía) a través de una incisión situadas dentro de la boca. Las osteotomías permiten avanzar, acortar y estrechar la mandíbula.

Las intervenciones pueden ser realizadas con anestesia general o con anestesia local más sedación, y el tiempo de estancia en el centro sanitario puede ser de solamente unas horas si se efectúa ambulatoriamente, o de un día si se ingresa en la clínica.

Después de la intervención podrá ser necesario inmovilizar la zona mediante un apósito de esparadrapo, que será retirado a los pocos días.

La recuperación de la mentoplastia

El postoperatorio cursa con molestias e hinchazón que ceden con la medicación en el plazo de 2-3 semanas. La incorporación alas actividades normales es progresiva, evitando situaciones de riesgo.

Los riesgos de la mentoplastia

El riesgo se valora mediante la historia clínica, y la realización de un preoperatorio completo.

En manos expertas, es una cirugía segura con baja tasa de complicaciones.

Fuente del texto: SECPRE

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